Un día nos encontraremos
en otro carnaval
tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver
en su escondite lo que fuimos
el tiempo está después
Fernando Cabrera
Conservamos fotos de este viaje, tenemos la piel quemada por el sol, arena en las zapatillas y estamos menos solos. Tenerlos a ustedes del otro lado, palmeándonos la espalda, siendo interlocutores de nuestros textos que se obstinaron en no ser simples monólogos impresos, fue el mejor resultado y la mejor compañía.
Celebramos el encuentro, los ojos atentos que ofrecieron con generosidad. Este fue un espacio que se abrió el juego entre las barrancas para escribir, remover e interpelarlos. Y como diría el bondadoso Cortázar, “un puente no se sostiene de un solo lado”.
Ahora sabemos que los viajes nos transforman. Hemos devenido otros y esperamos que ustedes también. A esta revista la pensamos, la acuñamos, la dibujamos muchas veces y de muchas maneras. Fue la arena donde ablandamos nuestras manos y donde pusimos nuestro primer pie para comenzar el fascinante e incalculable mundo de las palabras y las imágenes.
Esperamos ansiosos nuevos encuentros. Gracias por estar ahí.
¡Hasta pronto!