lunes, 13 de febrero de 2012

Nos despedimos con este editorial

Éste es el último número de La Chancleta, una revista que empezó en humilde formato A5 allá por 2007, experiencia que nos ha dado más gratos momentos que recuerdos para olvidar. De a poco los encontramos a ustedes, nuestros lectores: quienes nos acompañaron y hasta publicaron en las secciones Torre de Mabel, Guiño y Tercera Clase dando marcha a ese relación de consumo/producción que tanto buscamos en épocas de viajes virtuales a todas partes del espacio de la Internet. Por todas esas pequeñas y a la vez colosales colaboraciones, risas, críticas amables e ilusiones compartidas: Mayúsculas Gracias.


No lo hemos cantado a viva voz, pero dado que en los últimos años el periodismo ha sido el blanco de batallas políticas e interminables discusiones han girando en torno de su “ética”, vemos interesante decirles que creemos que el periodismo debe brindar información y abrir preguntas que hagan pensar a la opinión pública, porque sólo así podrá tomar mejores decisiones sobre su vida cotidiana. Es lamentable que muchos otros crean que a las personas hay que darles todo en formato masticado, editado y resuelto. Y los poderosos saben que pueden generar consenso con la gran maquinaria de la propaganda y la comunicación. Pero allí debe estar el periodismo profesional sin dejarse avasallar. Posición que se ha vuelto muy difícil de sostener, pues a los periodistas se los lincha en la plaza pública haciéndolos responsables por los intereses de los medios donde trabajan.

Hoy la crítica es impensable en la mayoría de los medios de comunicación, y eso es gravísimo. En esta provincia la situación es muy preocupante: medios disciplinados donde la disidencia significa el despido y el escarnio social; medios donde la denuncia trae aparejado el apriete de funcionarios y la quita o demora del pago de la publicidad oficial. De hecho La Chancleta solicitó participar del exquisito reparto y nunca tuvo respuesta.

El apoyo económico es fundamental en la tarea de editar un medio, y si bien no ha sido un problema mayor, se suma a los inconvenientes propios de la labor. Esta es una editorial de la indignación. Pero también de nuevos compromisos: otros ciclos se abren, nuevas perspectivas pueden aparecer. Nosotros, por lo pronto, prometemos continuar apostando al mejor periodismo posible, estemos donde estemos.

Gracias por haber leído hasta aquí.

La Chancleta

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